Día 11 Esposo de la Madre de Dios, ruega por nosotros
Cuánto habrá orado (san José) para llegar a conocer y aumentar su amor por su inmaculada esposa. Beato Gabriele Alegra
Jamás ha existido un hombre más enamorado de una mujer como San José de María. ¡Qué dignidad y santidad se requirió de San José para ser el esposo de María! En su corazón de mujer, María sabía que estaba segura con la masculinidad de San José; él fue su caballero y guerrero. Toda mujer desearía un esposo así: un caballero, protector, un buen padre.
Las mujeres merecen hombres que sean fuertes y protectores, pero, al mismo tiempo, delicados, amorosos y dignos de confianza. Toda mujer quiere encontrar seguridad en los brazos de un hombre que esté dispuesto a dar la vida por ella. La Iglesia y el mundo necesitan hombres como San José; él es el modelo de un buen esposo.
San José fue el esposo de María. A cada padre de familia se le confía igualmente, mediante su propia esposa, el misterio de la mujer. Como San José, queridos padres de familia, respetad y amad a vuestra esposa, y guiad a vuestros hijos hacia Dios, hacia donde deben ir (cf. Lc 2,49), con amor y con vuestra presencia responsable. Papa Benedicto XVI
Cada corazón católico quiere pastores como San José, así como sacerdotes y obispos -padres espirituales- que sean caballerosos, guerreros, protectores y defensores. Los católicos esperan que sus sacerdotes y obispos sean personas de oración, dignos de confianza, amables, compasivos y virtuosos.
La esposa de Cristo, la Iglesia, merece tener líderes dispuestos a pelear, por amor al rebaño, para alejar a los lobos, matar a los dragones espirituales y predicar la verdad con pasión, con caridad cristiana y con entusiasmo.
San José es el modelo de toda paternidad. Sin mirar al modelo de San José, ningún esposo, padre o sacerdote podrá comprender plenamente lo que significa ser un hombre de sacrificio, un esposo y padre amoroso y un verdadero santo.
San José es un modelo para los esposos y los padres. La vocación de todo hombre es estar al servicio de quienes han sido encomendados a su amor y a su cuidado. Actualmente, muchos hombres han olvidado esto, pero San José les ayudará a recordar. él ayudará a los hombres a volver a ser santos y caballerosos.
Todos los hombres descubren en San José un modelo de fortaleza, fidelidad, heroísmo y virtud. Si los hombres -esposos, padres, sacerdotes y obispos- siguen el ejemplo de San José, en las familias habrá amor y seguridad, los esposos serán santos, los sacerdotes serán cazadores de dragones, y los obispos volverán a ser pastores de almas y columnas de la verdad.
San José es modelo para todos los hombres. Los hombres verdaderos son caballeros al servicio de los demás. Los hombres verdaderos aman. Los verdaderos hombres protegen a las mujeres y a los niños de cualquier amenaza. Los hombres de verdad están dispuestos a morir por sus esposas e hijos.
Los sacerdotes y obispos santos están dispuestos a sufrir y morir por las almas encomendadas a su cuidado. Los sacerdotes y obispos de este calibre no temen al ridículo, a las calumnias, ni la pobreza o la prisión. Los hombres como San José están dispuestos a luchar por lo que aman, por lo que es bueno, verdadero y hermoso. ¡Que la Iglesia y las familias vuelvan a estar llenas de esa clase de hombres!
A ti acudimos en nuestras pruebas, oh bendito San José, y habiendo pedido la ayuda de tu Santísima Esposa, confiadamente también pedimos tu protección. Papa León XIII