Día 4 Dios Hijo, Redentor del mundo Ten misericordia de nosotros
El santo ejemplo de Jesucristo, que mientras estuvo en la tierra honró altamente a San José obedeciéndole durante toda su vida, debería ser suficiente para inflamar todos los corazones de devoción a este Santo. San Alfonso María de Ligorio
¿Estás familiarizado con la frase “a Jesús por María”? Es una maravillosa expresión de devoción acuñada a principios del siglo XVIII por San Luis María Griñón de Monfort. En su libro Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen María, este Santo enseña que María es el camino más seguro, más fácil y rápido de ir a Jesús.
Para grabar este mensaje en los corazones de los fieles, San Luis promovió fervientemente el Rosario y la consagración Mariana. Pero es interesante hacer notar que, en todos los escritos de San Luis, solo menciona un par de veces a San José. ¿Por qué? ¿Acaso no amaba a San José? Por supuesto que sí, y lo amaba mucho.
Todos los Santos han amado a San José, pero la razón por la cual no ofreció ninguna enseñanza significativa sobre San José fue que la Iglesia todavía no había desarrollado una teología sobre él.
La comprensión sobre la grandeza de San José no comenzó a florecer en la vida devocional de la Iglesia sino hasta mediados del siglo XIX, 100 años después de San Luis María de Monfort, pero si este gran Santo estuviese hoy en día predicando en las calles de Francia, seguramente se le escucharía exaltar las maravillas de San José, y quizás incluso añadiría a San José en su famosa frase, diciendo: “¡A Jesús por María y José!”. Jesús quiere que conozcas y ames a su madre y a su padre.
María y José forman la imagen más fiel de Jesús; y por esta razón puedo formular el camino más corto a la santidad: “para mí, la vida es Jesús, es María y es José”. Venerable François Xavier Nguyen Van Thuan
Los dos Santos más grandes de la cristiandad son María y José. La consagración a San José se sigue naturalmente de la consagración bautismal a Jesucristo y de la consagración filial a María. Ciertamente, la consagración a San José, tu padre espiritual, ¡permite que tu vida esté consagrada a cada persona de la Sagrada Familia!
En nuestros días, el matrimonio y la familia están bajo ataque. Jesús y María quieren que te consagres a San José porque no hay padre o esposo que sepa más que él sobre la sacralidad del matrimonio y la familia, o sobre el sacrificio amoroso que se requiere de los padres y esposos. Su misión paternal continúa desde el cielo. Él es el modelo de la santa paternidad.
Después de Cristo, San José es el modelo de la masculinidad heroica y el defensor del matrimonio, de la castidad y de la vida misma. La consagración a San José es la clave para superar la confusión antropológica tan común de nuestros tiempos. Bajo los atentos y amorosos cuidados de San José, ¡todas las ideologías y los ídolos se harán pedazos y se derrumbarán ante Jesucristo!
Cuánto te alegraste (San José) de tener siempre cerca de ti a Dios mismo, y ver cómo los ídolos de los egipcios caían postrados al suelo ante él. Beato Gennaro María Sarnelli
La consagración a San José, ¡aumentará tu amor por Jesús! Toda la vida y misión de San José apunta hacia Jesús; San José jamás se señala a sí mismo. Su papel es conducir a todos hacia Jesús, así como lo hace María, quien fue predestinada para ser la Inmaculada Madre del Salvador.
San José fue predestinado para ser el padre terreno del Salvador y tu padre espiritual, a quien se la han concedido todas las gracias necesarias para llevar a cabo su misión, una misión que tiene el propósito de intensificar tu relación con Jesús.
José cargó a Jesucristo primero a Egipto y después a judea, trazando así para nosotros el camino de los apóstoles que predicaron su nombre a los judíos y a los gentiles. San Hilario de Poitiers
San José fue el custodio de Jesús y de María y, naturalmente, también ayudó a que las almas que anhelaban unirse más a ellos pudieran hacerlo. Beato Jean Joseph Lataste